martes, 24 de diciembre de 2013

24/12/13

Esta entrada del blog va a ir dedicada a mi hermana para que en un futuro pueda leerlo y sonría.
Para aquellos que lleguen a leer esto les diré que mi hermana actualmente tiene siete añitos y para mí es una pequeñina muy valiente. Con tan solo seis meses y medio tuvieron que sacarla del vientre de mi madre, era tan chiquitina que cabía en la mano de una persona adulta. Pasó mucho tiempo en una incubadora para poder hacerle frente al mundo que le esperaba fuera, y lo hizo. A pesar de todos los problemas que tuvo para estar en este mundo lo consiguió. Este año los médicos le han dicho que tiene problemas de crecimiento, que si no hacemos algo se quedará más pequeña de lo usual, y la única solución es administrarle todas las noches una vacuna con las hormonas necesarias para que tenga un desarrollo normal durante siete años.

Comparando con los problemas de muchas personas esto parece una minucia, al fin y al cabo solo es un pinchacito. Pero para mí que la he visto llorar de miedo al tener que ponerle todas las noches sus vacunas no es un problema tan pequeño, aún menos cuando el proceso se va a repetir por siete años. A todo el mundo le duelen sus seres queridos. A muchos de pequeños nos han dado miedo las agujas, y mi hermana ha tenido que superar su miedo para poder hacerse mayor. Y es por esto que es la pequeñina más valiente a mis ojos.

Caídas.

Y caí, otra vez. Caí tan profundo que creí que no podría volver a levantarme. La caída tuvo un gusto amargo y el impacto fue devastador. Sentí con incredulidad que mis fuerzas ya no respondían, como si se hubiesen marchitado igual que lo habían hecho mis esperanzas. La sensación era como si estuviera en medio de una habitación vacía, la única ventana que hay está cerrada, y poco a poco todo empieza a inundarse.  Se inunda de todas aquellas lágrimas derramadas y no advertidas, de todos esos gritos en soledad que no fueron escuchados, de todas las súplicas de las que no se preocupó, de la horrible sensación de que no le importa en lo más mínimo todos estos sentimientos que ahora están a punto de ahogarme. Cuando crees que ya está todo perdido llega alguien que rompe el cristal de la ventana y deja que todos esos sentimientos que te atormentaban salgan al exterior, te presta sus manos para que te levantes y te alienta con mensajes de ánimo para que sigas adelante. Y lo haces, sacas las fuerzas de cualquier sitio para volver a ponerte en pie y hacerle frente a todo eso que un día te hizo tanto daño. No lo dices con furia, ni con rencor, tan solo pena, pero lo dices “Adiós”.

martes, 17 de diciembre de 2013

¿Nosotros?


-¿Y nosotros?

-¿Nosotros? Nosotros somos pasado. Somos recuerdos. Somos un “pudo ser pero no fue”.

- Pero…

-¡Ya basta! ¿Acaso no tuviste suficiente con jugar conmigo como lo hiciste? Pasé noches pensando lo precioso que sería volver a tenerte entre mis brazos, poder sentir de nuevo tus labios sobre mi piel, esas sonrisas iluminadas en la oscuridad de la habitación a altas horas de la madrugada, despertar y encontrarte a mi lado, tener la oportunidad de despertarte dándote besos hasta que abrieras los ojos. Lo he echado muchísimo de menos ¿sabes? Tanto que dolía. Sentía un vacío inmenso en el pecho cada vez que pensaba en ti, cada vez que me preguntaba que estarías haciendo en ese preciso instante, cada vez que llorando le suplicaba a una estrella que te trajese a mi lado. Pero…tú nunca te paraste a pensar en el caos que desataste en mí ¿verdad? Mientras yo sufría estúpidamente a ti te daba igual, no sentías lo mismo, o lo que era peor, no me dabas ninguna respuesta concreta, todas eran un “puede…” y las posibilidades son las que más daño hacen. Hoy solo quiero pedirle  perdón a mi almohada por las lágrimas y las noches en vela, a mi mente por agotarla con tu nombre, y a mis esperanzas por destruirlas sin miramientos en una misión suicida. No. Me cansé. Esto no lleva a ninguna parte, y ahora que he tomado la decisión de seguir adelante vuelves y me preguntas por nosotros. ¿Hubo un nosotros alguna vez?

- Bueno, yo…

-No respondas. Buena suerte y adiós.


Nobody is gonna tell me I can't.


No necesito que nadie me diga “No puedes hacerlo”.
Lo siento, esos comentarios no me sirven de nada, ni siquiera para hundirme el ánimo. Donde tú ves  un “no” yo veo un “inténtalo o se quedará en un quizás”. No existe el no en mi vocabulario a no ser que lo utilice para decirte que no puedes decirme que no puedo. Es sencillo. Soy yo, son mis ilusiones, y lucharé por ellas, puede que logre mis metas o puede que no, pero ¿sabes  qué? Seré feliz intentándolo, y así mañana podré decir “Lo intenté y no me arrepiento.” 



miércoles, 11 de diciembre de 2013

11.12.13

Seguro que no soy la única que ha visto imágenes como esta hoy.
Es cierto, un día como hoy no se volverá a repetir. Pero... ¿acaso alguno se repite? ¿Qué tiene de especial este día que lo haga mejor que los otros? Todos los días cuentan, da igual el número que tengan, cada día puede ser "el día". Alguien habrá dicho "¡Vaya! Son números consecutivos, eso debe significar algo." No tiene porqué. Se trata de hacer que todos los días sean especiales por lo que somos,no por lo que unos números indiquen.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Un sueño conmigo.

En un  segundo sentí como si algo se hubiese desprendido de mi ser, me desperté agitada buscando la luz del día, pero solo encontré penumbra en la habitación. El reloj marcaba las tres de la mañana.
Intentando calmar mi respiración me giré para conciliar de nuevo el sueño, pero…no estaba sola; Sabía perfectamente que alguien se hallaba a pocos metros de mí, observándome, sin embargo no tenía miedo, algo me hacía estar tranquila. Alcancé el interruptor de la lámpara que estaba situada en la mesita de noche al lado de mi cama y encendí la mortecina luz naranja que bañó la habitación con su tenue resplandor.
En esta situación tan espeluznante puedes esperarte cualquier cosa, la sorpresa fue que me encontraba ante mí misma.
Lanzando una carcajada al aire me llevé una mano a la frente murmurando “Oh, genial, me he vuelto completamente loca ¿qué clase de sueño es este?”
Mi otra Yo con el mismo pijama que llevaba puesto yo en ese momento se sentó a los pies de la cama mirándome con una leve sonrisa en el rostro; tras unos segundos de silencio finalmente dijo “No puedo negarte que probablemente esto sea un sueño, pero no puedes despertar hasta que sepas por qué estoy aquí.”
Resultaba muy extraño escuchar mi propia voz en otra persona, aunque esta tuviera mi misma apariencia.
-¿Quién eres? – le pregunté.
La pregunta le hizo gracia porque soltó una risa floja entre dientes.
      -¿Acaso no me ves? –levantó una ceja sin dejar de contemplarme, pero mi cara de incredulidad la hizo añadir rápidamente- Soy una parte de ti que pertenece al pasado.
Si esto era un sueño creado por mi imaginación debo decir que tengo una imaginación jodidamente buena, me costaba un poco entender que quería decir con esa última frase, todo era demasiado surrealista.
-¿Y por qué se supone que estás aquí?

La pregunta hizo que las facciones de su cara se tornaran más serias.
-Dímelo tú- me espetó.
Fruncí el ceño ante el sin sentido de la situación.
-Esto no tiene ninguna lógica, apareces en esta paranoia de sueño que mi mente se ha montado para darme un poco de guerra esta noche y además de eso no sabes ni por qué estás aquí ¿cuánto falta para que me despierte?

 -Sé perfectamente por qué estoy aquí, pero quiero que seas tú quien se dé cuenta.
Ya no sonreía y eso me puso nerviosa, la atmósfera de la habitación se había vuelto algo más pesada y empecé a temer que el sueño se transformara en pesadilla.
Intenté buscar una razón que explicara por qué una parte pasada de mí tenía que volver a mi presente.
-No sé por qué…- susurré.

La intensidad de su figura comenzó a descender y su silueta se volvió ligeramente más brillante, cuando habló lo hizo en un murmullo apenas audible.
-Dime ¿por qué finges  estar bien?
La pregunta me alcanzó de lleno como si me hubiesen golpeado con una piedra en el pecho, pero me recompuse a tiempo para responderle.
       -Estoy bien.
No pareció convencida, sonrió con tristeza y agachó la cabeza.
Seguía preguntándome qué clase de sueño puede crear otra tú para que te coma la cabeza con cosas sin sentido, esto parecía una película americana mal hecha.
Esperaba que el sueño acabase en ese instante puesto que mi otra yo se había callado al fin. Cerré los ojos para que la oscuridad y el amparo de la noche regresasen a mi lado y con suerte cuando los volviese a abrir estaría tumbada en mi cama y el resto se habría esfumado.
Abrí los ojos y la encontré delante de mí, los ojos le brillaban y su piel había comenzado a clarear. Estaba desapareciendo lentamente.
-No estás bien, en el fondo lo sabes –puso su mano sobre mi corazón- hay algo ahí dentro que te impide estar bien.
En ese momento algo cambió, la luz anaranjada de la lamparita se volvió de un azul grisáceo que entristeció la visión de la habitación, entendí el porqué del sueño.
La voz se me quebró al pronunciar las siguientes palabras.
-Le perdí por estúpida. Fue mi culpa…
Esa respuesta hizo que su mirada se iluminara y asintió a mis palabras animándome con un gesto de la cabeza a continuar.
-Es por eso que me encuentro inmersa en este sueño tan raro ¿verdad? Porque llevo meses engañándome y engañando a los demás, creyendo estar bien cuando en realidad…
Posó su dedo índice sobre mis labios sin dejarme acabar la frase.
-Esa es la razón. No hace falta que digas más. Yo soy una parte de ti que ha muerto. Hubo una decisión o un pensamiento que tomaste que provocó que todo en ti cambiara. Oh ,sí, el amor puede hacer mucho daño. Pero no le fallaste como tú piensas, te fallaste a ti misma. ¿Recuerdas quién eras? No había nadie que pudiera contigo, tu error fue darle el poder a él para destruirte. Y estas son las consecuencias.

Las lágrimas acudieron sin ser llamadas mientras me veía desaparecer en la nada.
Desperté con una sensación angustiosa y las mejillas aún húmedas, los rayos de sol se colaban por las rendijas de la ventana anunciando el amanecer inminente.

Esa noche tuve un sueño conmigo y me dejó un objetivo por cumplir: debía dejar salir todo el dolor que él me había causado para poder volver a sonreír de verdad. 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Jodido amor.

Aunque mi voz no se atreva a salir mi corazón lo está gritando. Solo en el silencio de la habitación se puede percibir el sonido que producen los latidos, atronadores como el disparo de un arma, desbocados como un caballo que ha perdido el control. ¿Es eso? ¿Ya he perdido el control? Probablemente.  Todo sería peor si estuviera delante, si sus ojos estuvieran fijos en mí esperando que rompiera el insostenible silencio. Pero no está, lo único que me observa es mi propio reflejo en el espejo, y a pesar de estar completamente sola en la estancia mi voz se niega a hacerse oír. Es estúpido ¿verdad?  Aún más estúpidos me parecen los sentimientos que me devoran por dentro lentamente y  me confunden. Los nervios que se apoderan de mí cuando pienso en su voz diciendo la más sencilla de las palabras. Cualquiera vale. Solo escuchar el sonido de su voz es suficiente para que todo mi ser se desmorone presa de los inexplicables sentimientos que apresan mi mente en un instante obligándola a callar. ¿Habéis oído alguna vez eso del enfrentamiento continuo entre el corazón y la razón? Sí, eso de “Head vs. Heart” Cualquiera diría que es una batalla que nunca acaba, nunca hay un verdadero vencedor, sin embargo, cualquier persona enamorada sabe bien que el corazón calla todos los razonamientos de la mente que intenten hacerse oír.  No hay nada que hacer, una vez que has caído en sus garras has perdido la batalla. Y lo sabes, lo notas, se palpa en el ambiente, es algo que te acompaña a donde quiera que vayas e incluso se burla de ti. “Pobre necia, ha caído.” Y así es, has caído, has caído en el más profundo de los abismos  del corazón. A partir de ese momento todo, absolutamente todo se volverá un caos. Es como si entrara un huracán desenfrenado en el cuarto que tan bonito tenías decorado y lo destruye todo a su paso, lo cambia todo de sitio y tú te quedas en el centro con cara de gilipollas. ¿Y qué se supone que debes hacer ahora? Llorar. Llorar como nunca lo has hecho mientras tu jodida mente te grita enfurecida” ¡Imbécil!”. Me acerco lentamente a la ventana para contemplar el cielo nocturno que sumerge el exterior en la oscuridad. Comprendí que me había enamorado cuando empecé a rogarle a una estrella cada noche para que él sintiera lo mismo que yo. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Pain.

Y lloras, lloras de rabia, de frustración, de tristeza…
Porque después de que esa persona llegara a tu vida y se fuera ya no ves nada igual.

Le confiaste una de las cosas que más querías, ya sea un objeto físico, una idea, un pensamiento, una sonrisa… y se fue con él. Ya no es tuyo, te lo han arrebatado porque no puedes verlo con todo el cariño que le tenías antes, porque ahora te recuerda a él. Y no solo eso, todo lo que gira a tu alrededor  está lleno de recuerdos y hacen que las lágrimas sigan cayendo por tus mejillas ya húmedas, y entonces lloras aún más sabiendo que ese llanto no va a traerlo de vuelta, no le importa una mierda, él ya lo ha superado todo, no piensa en ti, no se acuerda de tu existencia mientras tú te acuestas todas las noches rogándole a las estrellas que os vuelvan a unir. Unas simples palabras que oyes a alguien cuando vas andando por la calle te recuerda a un momento pasado en el que fuiste feliz con él, una imagen, una situación, un sonido, las cosas más mínimas están colocadas ahí, en tu día a día, para que te tropieces con ellas y sigas haciéndote daño. Está en tu mano cambiarlo todo de nuevo, volver al orden y dejar atrás el caos en el que se convierte tu vida después de que esa persona especial se haya marchado de la más cruel de las formas. Pero cuesta, cuesta más de lo que cualquier persona pueda saber nunca, los umbrales de dolor en estos casos son tan extremos que te pierdes en ti misma y no encuentras el camino de vuelta a la realidad. Solo sabes pensar en el pasado y en el presente, en el puto y doloroso presente.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Solo son recuerdos~

Ese momento del día en el que te tumbas en la cama, cierras los ojos y respiras profundamente. Se supone que lo haces para liberar las tensiones que has acumulado a lo largo del día, debería ser algo placentero… pero te pones a pensar, y no puedes detener esa corriente de recuerdos que llegan a ti en un instante.  Una  batalla entre tus sentimientos y tu mente , nunca gana nadie, y es por eso que están en constante lucha. ¿Nunca os ha pasado? Intentas huir de ti mismo para encontrar unos minutos de paz fuera de aquellos recuerdos que te hacen daño, y que no tienen suficiente con ser recuerdos,  acuden a ti todos los días para que notes su presencia. Esa rutina te acaba cansando y entiendes que los momentos pasados no van a volver, siempre te harán soltar alguna lágrima si de verdad los valoraste , pero… tienes que seguir adelante.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Todo cambia.

Entonces la situación se vuelve insoportable y algo en lo más profundo de ti hace “clic”, y a partir de ese momento todo cambia. Es un movimiento dentro de tu mente tan imperceptible que apenas lo notas, no te das cuenta hasta que levantas la vista para observar el mundo que te rodea y te percatas de que no lo ves de la misma manera que antes. Ahora es diferente.

Es ahí cuando entras en un bucle de falsa confusión, preguntándote una y otra vez que es lo que has hecho mal, las lágrimas afloran solas sin necesidad de ser llamadas, te frustras porque no entiendes. Crees que el cambio significa dolor, dolor a olvidar lo que hasta ahora había sido la causa de tus sentimientos. No te atreves a dar el paso que acabará con esa situación y que pondrá fin a todo el dolor que llevas cargando sobre tus hombros largo tiempo. Sin embargo en el fondo lo sabes, sabes que debes poner fin  y empezar una nueva etapa probablemente mejor, y aunque te dé miedo tú misma te obligas a hacerlo y vuelves a mirar el mundo con nuevas esperanzas. El cambio no es dolor, el cambio significa que has aprendido de tus errores y puedes volver a lanzarte a la vida con más fuerza. Si lo miras de ese modo, con cada paso te haces más fuerte.

viernes, 25 de octubre de 2013

Today. 26-10-13

Puedes llamarlo suerte o destino, pero por algún motivo ella llegó a mi vida, y desde entonces todo ha cambiado.
Esta entrada está dedicada a esa persona que cambió mi vida desde el día doce de Agosto del año dos mil once.
A lo largo de los años he conocido dos tipos de persona: las que llegan a tu vida y solo están de paso, y las que llegan para quedarse.
Estas últimas son las más escasas, se pueden contar con los dedos de una mano y sobran.
Y por eso quiero dar las gracias a mi personita number one por entrar en mi vida, y aunque es pronto aún para decirlo, sé que no se irá nunca. Porque no la dejaré marchar.
¿Nuestra historia? Bueno, todo empezó a través de una pantalla de ordenador, no sabíamos quiénes éramos, ni tan siquiera nuestros nombres, pero quiero pensar que ese día algo hizo “clic” en alguna parte y provocó que yo le hablará. Debo admitir que nuestra primera conversación fue algo…especial. No todo el mundo comienza una historia diciendo “Hola, eres mi padre” Creo que ese día no se nos olvidará a ninguna de las dos. De hecho este trozo de nuestra conversación es digno de mención:
• Sulli: siii esa esa
• mi mami
• papi no te acuerdas de como me hicistes?

• Yo: pues no hija, no me acuerdo 

• Sulli: te lo cuento papi?

• Yo: no se si quiero...*se tumba en el sofa*

• Sulli: *hincha los mofletes* pero que calse de padre eres tu??′?

• Yo: yo no se ser padre! *se pone las manos en la cara y resopla*

• Sulli: no hace falta que lo seas ya hice todo lo malo que pude

• papi te contare una linda historia
• papi...*le da con un palito a ver si reacciona*
• Yo: *se sienta y se pasa la mano por el pelo* venga dime...

• Sulli: biennnn! *da saltitos* tu mami era una personita rica rica rica que te buscaba una buena novia para casarte etc
• un dia trajo a casa a la salida de mami
• una vecinita loca loca que te violo en un armario y de ahi sali yoooo :DDDDD
 Ahora lo leo y además de descojonarme me doy cuenta de lo mucho que hemos cambiado, y a pesar de todo seguimos juntas, con las mismas gilipolleces.
Los primeros meses fueron caóticos, ella perdida en un monte con las cabras y yo diciéndole que la echaba de menos. Poco a poco empezamos a conocernos hasta que la vi por primera vez en foto y me dijo su nombre: Audrey.
Y no bastó con eso, inesperadamente llegó el día en que nos conoceríamos en persona. Y digo inesperadamente porque fue a través de otra persona y por casualidad en un cumpleaños.
Ese es uno de los días que jamás podré olvidar contigo, appa.
Recuerdo lo nerviosa que estaba y las ganas que tenía de que llegaras a la casa de Yoli. Me daba mucha vergüenza, aún así cuando cruzaste la puerta y te vi prácticamente me tire encima de ti. El primer abrazo que pude darte en persona…fue mágico.
Me pasé toda la tarde pensando “Dios mío, la tengo delante, es mi appa, y está aquí conmigo”
Esas cosas no puedo olvidarlas por mucho que lo intente, nunca me he preguntado el por qué, ahora que lo pienso creo que fueron unas sensaciones demasiado fuertes como para que pasasen al olvido. Ese mismo día cuando llegó la hora de irme iba con mi cartulina dedicada que desde entonces ha decorado la pared de mi dormitorio, me diste una gomilla del pelo rosa para que pudiese envolverla, y por pequeño que fuese el gesto sabes que después llevé esa gomilla en la muñeca como si fuera un tesoro, hasta que de tanto usarla se gastó y la tengo guardada porque me niego a tirarla. No sé si alguna vez te lo he llegado a contar, pero cuando volvía en el coche para Torre del Mar lloré, obviamente nadie se dio cuenta, iba sola en la parte de atrás del coche y a oscuras. Pero lloré, era una mezcla de alegría y a la vez de frustración por tener que marcharme. Te había conocido por fin, pero una vez que lo hube hecho quería más, me daba miedo no volver a verte.
A partir de ahí creo que nuestra relación cambió, ya empezamos a ser más off que on, tú me entiendes.
La siguiente vez que te vi si no recuerdo mal fue con las katanas, algo que tampoco pasa desapercibido en mi memoria. Era invierno, había pasado un año ¿verdad? Y fuimos a tu casa, con los globos en forma de corazón lila JAJAJAJAJA firmamos nuestras katanas, y la mía ahora mismo la tengo enfrente colgada de la pared con la fecha de ese día. Me regalaste al pequeño Mike, uno de los muñecos a los que más cariño le tengo.
Fue otro día increíble.
Después de eso creo que nos vimos un par de veces más o ni eso, por una razón u otra en persona casi no nos podíamos ver.
 Aún así por ordenador hablábamos a diario, puede que algunos días no pudiésemos dirigirnos más de dos palabras, pero eran suficientes para que mi día mereciese la pena.
Siempre que te he necesitado has estado ahí, en momentos malos y buenos has estado a mi lado de una forma u otra. Me has regañado millones de veces como un verdadero padre lo haría cuando te dabas cuenta de que estaba actuando mal, me has dado la mano y un hombro en el que llorar cuando me he caído y me has animado como nadie cuando me hacía falta sonreír. Con frases tan sencillas como “Le voy a arrancar la cabeza como te haga daño” “Si alguien te hace algo malo iré a por él aunque tenga que traspasar paredes”
En el vídeo que me hiciste hace un año dices que me quieres ver sonreír siempre, y  hoy quiero decirte que tú eres mi mayor motivo para sonreír.
Si tengo que decir el nombre de alguien que me conozca realmente como soy puedo decir el tuyo. Eres la persona que más sabe de mí, y te contaría cualquier cosa porque confío en ti ciegamente. Para mí querer a alguien es darle el poder de destruirte, por eso sabes que me cuesta muchísimo mostrarme como verdaderamente soy, decir lo que siento y aun más llegar a querer. Appa, tienes el completo poder de hacerme pedazos. Y estarás pensando que soy una bestia por decir eso, pero no te lo he dicho con ese sentido. Te lo digo con otro sentido, y ya lo he dicho antes.
Este verano ha sido el mejor de mi vida solamente porque he podido pasar contigo cada fin de semana.  Puede que en otros aspectos no haya sido tan bueno, pero de pensar que cada sábado cogía  un bus para poder verte y pasar el día contigo… es que no me hacía falta más. El resto del mundo sobraba.
Después de pasar por todo lo que hemos pasado juntas una de mis mayores ilusiones es que llegue el próximo verano y volver a vivir la experiencia. Y ojalá el karma exista y quiera que en un año o dos estemos compartiendo la misma casa. Empezamos así por un ordenador y yo no puedo permitir que no sea así en la realidad aunque sea algo temporal.
Ya nos veo llenando la casa de bichejos y peleándonos como dos idiotas por ver cuales pueden quedarse y cuales no.
Eso es algo que tenemos que conseguir, appa.
Llegado ya a este punto tengo que decir que estoy escribiendo esto un mes antes de tu cumple, que me he hinchado de llorar al escribírtelo y que me muero de ganas de ver que carita pones al leerlo. Se lee rápido, pero llevo unas tres horas intentando expresarte todo esto.
Hoy cumples diecinueve añitos, y esta vez puedo estar a tu lado. O al menos eso espero, si los planes no han cambiado ahora mismo estoy a tu lado con cara de imbécil observando tu reacción, y si no es así. estoy dando vueltas en círculo por tu cuarto como una loca porque me da vergüenza, alguna de esas opciones son las probables. Ah, no viene a cuento pero me hace ilusión: HOLA YO DEL FUTURO :____DDDDDDDDDDDDDDD (¿)
Dicho esto, sigamos con esta carta-biblia-Noelia acaba ya que me quedo dormida (¿)
Lo siento, aún te queda un poquito por leer.
Ya me has contado que tu anterior cumpleaños no fue muy bueno, y por experiencia propia sé lo mucho que jode eso, espero que el día de hoy sea especial para ti, voy a hacer todo lo posible para que lo sea y este cumpleaños no se te olvide.
No eres la única que tiene algo que celebrar, para ti es el día en que cumples diecinueve y empezarás con las tonterías de que te haces vieja, para mí hoy es el día en que nació la persona más importante de mi vida.
Gracias por formar parte de mi vida appa, nunca podré demostrarte lo suficiente lo mucho que te quiero. Pero seguiré haciéndote tonterías así para recordártelo.
¡Felices diecinueve!
Te quiero,appa~<3


jueves, 3 de octubre de 2013

El dolor acaba, como todo en este mundo.

"En un instante sintió el suelo desfallecer bajo sus pies. Todo se sumió en la oscuridad. Ella misma se volatilizó consumida por las propias llamas que había creado. El fuego recorrió cada uno de sus pensamientos, abrasándolos, haciéndola estallar en un silencio doloroso hasta quedar vacía.
Y así estaba, vacía. Sumida en un trance del que no era capaz de salir, mientras su yo interior se agitaba en señal de rebeldía intentando buscar una salida en un cuerpo reacio a responder a los impulsos. Los sentimientos se habían evaporado, las palabras no acudían a los labios… y los gritos se agolpaban poco a poco en la garganta formando un cúmulo de energía que amenazaba con romper la aparente calma en cualquier momento.
La fina línea que aún la ataba a la cordura estaba a punto de quebrarse.
Obligó a su mente, con gran dificultad, a contar lentamente hasta diez en un intento vano de mantener el control.
“Uno…”
“Dos…”
“Tres…”
Y todo se hizo añicos.
Chilló hasta quedarse sin aliento, expulsando todo lo que tanto tiempo había guardado en su interior. Pataleó lo primero que se interpuso en su camino dejando que la ira fluyera hacia el exterior a través de sus extremidades. Dejó que las lágrimas afloraran en sus ojos sin ser contenidas, empapando sus mejillas con todos los sentimientos que había frustrado hasta ese momento.

Y por primera vez en meses se volvió a sentir viva, aunque rota, su corazón palpitaba de nuevo."

Puede parecer una paranoia mental de una perturbada, pero si te paras a pensarlo y lo lees detenidamente ¿quién no se ha sentido así alguna vez? ¿quién no ha creído morir al oír ciertas palabras dolorosas y ha experimentado cosas similares a las descritas? ¿quién no se ha refugiado en sí mismo por miedo? Es curiosa la forma que tiene la mente de jugar con nosotros cuando algo nos hace daño, nos hace sentir que estamos perdidos y que no volveremos a sonreír como antes. Hoy quiero desmentir eso, se puede volver a ser feliz, y se puede volver a sonreír. El dolor solo es un momento, en seguida pasará.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

25/09/13

Aquella mañana se despertó con una sensación extraña en el estómago. Llevaba días durmiendo mal, cada noche se acostaba pensando en lo mismo y amanecía con un estado de ánimo pésimo. Pero esta vez fue diferente, desde el primer rayo de sol que se había filtrado por la ventana sus pensamientos no le habían dado descanso. Era como estar atrapada en un lugar donde no hacía más que recorrer el mismo camino, en círculo, constantemente.
Agotada suplicaba unos minutos de paz a su mente. “Por favor, cállate, cállate…” Aunque esta parecía no querer escucharla. Su conciencia la estaba torturando para que pusiese fin a todo aquello que le hacía daño. Y lo sabía perfectamente.
Había llegado a un punto en el que el dolor era insoportable, se sentía vacía por dentro, y sobre todo se sentía realmente estúpida. Estúpida por haberse ilusionado con quien no debía.
Desde un principio él le había dicho que no estaba buscando una relación estable, y ella lo consintió pensando que quizás durante el verano cambiara de opinión.
Su personalidad, su físico, su forma de hablar, todo la enamoraba poco a poco y ella no quería darse cuenta.  Los días se hacían eternos si no estaba con él, solo esperaba a que llegara el momento de volver a verle y poder desatar su pasión. Volcaba todas sus ganas y energía en esas noches que pasaban juntos. Adoraba el sonido de su risa, la expresión de su cara cuando se ponía serio, la forma en que la hacía rabiar para después comérsela a besos. Y a pesar de todo, no eran más que un rollo, algo pasajero.
La esperanza la hacía mantenerse fuerte en esa situación, esperaba que al acabar el verano se acercara a ella y por fin dijese las palabras que tanto anhelaba oír “Quiero estar contigo”.
Soñaba con eso, y él lo sabía.
Pero el verano acabó y no cambió nada. Él seguía pensando lo mismo, y ella empezó a derrumbarse lentamente, día a día un poco más. Recordó que le hizo una promesa por la cual pasara lo que pasara entre ellos nunca dejarían su amistad de lado y eso era lo único que la contenía para no estallar. Ver como se alejaba de ella era horrible, comenzó entonces a creer que todo había sido mentira, que no había sido más que un engaño ¿La había tratado como a un juguete? ¿le había importado en algún momento? ¿algo de lo que decía era verdad? Todo se convirtió en preguntas que no obtenían respuesta, y la hacían enloquecer.
Alguien debía parar aquello, estaba cayendo y el impacto iba a doler demasiado.
Pero nadie más que ella podía pararlo. Estaba en sus manos y solo se le ocurrían dos opciones:
Le diría todo lo que pensaba, todo lo que se callaba con tal de no perderle, rompería su promesa pero dejaría de tener contacto con él para poder superarlo y seguir adelante. O cumpliría su promesa y seguiría sufriendo en silencio.
Aunque parecía obvia la respuesta, en realidad era mucho más difícil de lo que aparentaba.
Se sumergió en un caos aún más perdida que antes.

Os contaría encantada el final de la historia, pero ahora mismo lo único que sé con certeza es que se hundió en un vacío del que todavía no ha aprendido a salir.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

It feels so empty.

Cerró los ojos y respiro lentamente. Intentó con todas sus fuerzas poner la mente en blanco aunque fuera un segundo. Su mente no le brindaba ni un instante de tranquilidad. Una sucesión de imágenes, de palabras, de momentos dolorosos se repetían constantemente.
Siempre los mismos.
Acarició el suave terciopelo de las sábanas que vestían su cama, sintió el peso de su cabeza sobre la almohada, escuchó con claridad el rozar de las hojas al caer de los árboles mecidas por el viento invernal que soplaba tras la ventana. Se concentró en ese sonido, y sin poder controlar sus pensamientos se preguntó qué sensación produciría ser arrastrada por el viento como una hoja más ¿a qué lugar iría a parar? ¿Sufriría allí también?  Se imaginó un lugar tranquilo, apacible, donde nadie podía hacerle daño, donde la maldad no existía. Sus labios se curvaron en una disimulada sonrisa que no acababa de aflorar.
Abrió los ojos de golpe y no se encontró lo que esperaba.  Solo había vacío.
Giró la cabeza con cautela para contemplar rincones de su cuarto donde antes se escondían historias. Los recuerdos se esparcían sin control por las paredes pintadas de un suave color pistacho, por la alfombra que se extendía sobre el suelo, el cuarto adquiría otra tonalidad al revivirlos. El recuerdo de sus risas colmando el ambiente, de los susurros que siempre habían despertado un cosquilleo en su estómago, de esos abrazos inesperados que la volvían loca…seguían todos ahí. No se puede destruir los recuerdos, debes  vivir con ellos hasta que aprendas a  controlar ese dolor, a hacerlo tuyo y transformarlo en algo mejor, en ese tipo de recuerdos que te saca una sonrisa a pesar de estar llorando.

El vacío con el tiempo deja de estar tan vacío como aparenta.

Once upon a time...~

La primera entrada normalmente es para hacer una breve presentación,y como todo el mundo,tendré que hacerla yo también.
No estoy aquí  para que me juzguen,para tener muchos seguidores,ni para que me suban las visitas como la espuma. Estoy aquí porque al igual que muchas personas necesito mi rinconcito en el que poder expresar mis pensamientos y sentimientos.
¿Y qué mejor lugar que un blog? Para aquellas personas que en un futuro se pasen por aquí ya sea porque el aburrimientos les ha hecho encontrar esta página o por otros motivos,quiero decirles que espero que disfruten de mis pequeñas paranoias mentales-relatos-reflexiones,etc.
Bienvenidos a mi pedacito de cielo~
Att:Chesire.