martes, 24 de diciembre de 2013

24/12/13

Esta entrada del blog va a ir dedicada a mi hermana para que en un futuro pueda leerlo y sonría.
Para aquellos que lleguen a leer esto les diré que mi hermana actualmente tiene siete añitos y para mí es una pequeñina muy valiente. Con tan solo seis meses y medio tuvieron que sacarla del vientre de mi madre, era tan chiquitina que cabía en la mano de una persona adulta. Pasó mucho tiempo en una incubadora para poder hacerle frente al mundo que le esperaba fuera, y lo hizo. A pesar de todos los problemas que tuvo para estar en este mundo lo consiguió. Este año los médicos le han dicho que tiene problemas de crecimiento, que si no hacemos algo se quedará más pequeña de lo usual, y la única solución es administrarle todas las noches una vacuna con las hormonas necesarias para que tenga un desarrollo normal durante siete años.

Comparando con los problemas de muchas personas esto parece una minucia, al fin y al cabo solo es un pinchacito. Pero para mí que la he visto llorar de miedo al tener que ponerle todas las noches sus vacunas no es un problema tan pequeño, aún menos cuando el proceso se va a repetir por siete años. A todo el mundo le duelen sus seres queridos. A muchos de pequeños nos han dado miedo las agujas, y mi hermana ha tenido que superar su miedo para poder hacerse mayor. Y es por esto que es la pequeñina más valiente a mis ojos.

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